Esta serie, a la que Bacardit también llamó "Teatro de la muerte", surge a su llegada a Mallorca en 1988, después de su estancia en Berlín, al asistir a las representaciones de las obras de teatro "Wielopole Wielopole" y "Que revienten los artistas" de Tadeusz Kantor.

Se trata de una serie de cuadros de pequeño formato, en los que se representan diversas escenas y personajes relacionados con la guerra y la muerte, volviendo, de esta manera, a su viejo tema.

Para realizar esta serie, Bacardit escogerá como otras veces el papel como soporte para sus pinturas. Sin embargo, esta vez no será tanto por falta de recursos económicos, sino por la oportunidad que le ofrece la amistad con una artesana que le proporciona papel reciclado de gran grosor y hecho a mano.

Bacardit integra la textura y tonalidad de este soporte a la obra, formando parte conjunta, y aprovecha el corte irregular de las hojas para reforzar la sensación de destrucción y de todo aquello que de efímero tiene la vida.

Al mismo tiempo, en esta misma época, Bacardit realizará otra serie en la cual el tema central será la vida, y especialmente el erotismo, la reprodcción y la maternidad.